Su carrera artística inició a los 23 años de edad, justo en el momento de ebullición del arte huichol contemporáneo, representado a nivel mundial por artistas como José Benítez Sánchez o Tutukila Carrillo Sandoval.
Fue en la capital del país en donde el joven Santos aprendió a hablar español y en donde dio sus primeros pasos en la creación de obras basadas en diseños personales.
Actualmente, el maestro Santos de la Torre continúa creando obras en pequeño, mediano y gran formato, además mantiene junto a su familia un taller de artesanías autosostenible.
En este sentido, De la Torre ha realizado peregrinaciones a todos los territorios sagrados del pueblo Wixárika, basa sus obras tanto en visiones personales como en explicaciones sobre los rituales y cantos de Mara´akames; desde temprana edad ha cultivado la meditación, la interpretación de sus sueños y el acercamiento a la memoria ancestral del pueblo huichol a través del peyote.
En sus entrevistas con Fernando Alarriba, el artista ha señalado que la misión del arte huichol consiste en ofrecer un acercamiento con las potencias primigenias y sagradas de la vida que se manifiestan y que han quedado plasmadas desde tiempos inmemoriales en los rituales, cantos chamánicos, ceremonias y expresiones artísticas de su pueblo.
[4] Pese al reconocimiento internacional por esta obra, Santos de la Torre no recibió el pago acordado por el Gobierno de México durante la gestión del Presidente Ernesto Zedillo, además no fue invitado a la inauguración del mural y éste fue mal instalado, posteriormente se corrigió el error.
El cineasta Nicolás Echavarría retomó este incidente al inicio de Eco de la montaña, una película centrada en la elaboración de un nuevo mural y que funciona como un viaje para que el espectador se adentre en los rituales, creencias, símbolos y visiones del pueblo huichol.