Una vez titulado arquitecto inicia su trabajo en el Servicio Nacional de Regiones Devastadas.
Dos años más tarde vuelve a celebrar una exposición individual en el Centro Mercantil.
Hasta 1951 expone con Pórtico en Madrid, Bilbao o Santander, pero a partir de 1952 se dedicó prioritariamente a su profesión de arquitecto.
Una de sus obras culminantes es la realización en 1949, junto con sus compañeros del Grupo Pórtico Fermín Aguayo y Eloy Giménez Laguardia, de la reforma del hoy desaparecido Cine Dorado de Zaragoza, donde combinaron escultura y pintura abstracta en una obra que causó un importante impacto en la sociedad del momento.
Constantemente promovió la creación artística colaborando en varias revistas culturales.