Iglesia de Santa María Antigua

Santa María Antigua (en italiano, chiesa di Santa Maria Antiqua al Foro Romano) es una iglesia católica, con advocación mariana, construida en el siglo V en pleno Foro Romano, y durante mucho tiempo el acceso monumental a los palacios imperiales del Palatino.

El descubrimiento de estas pinturas ha permitido conocer las primeras etapas del arte medieval.

Forma parte de la zona arqueológica Foro Romano e Palatino y requiere comprar una entrada para acceder.

Se encuentra en una serie de construcciones en una zona que en su tiempo se consideraba sede del templo de Augusto y que los estudios, más recientemente, atribuyen a la época de Domiciano, como entrada a los palacios imperiales sobre el Palatino y el Foro que quedaba debajo, donde probablemente se encontraba la guardia pretoriana.

Santa María Antigua se convirtió así en el primer monumento cristiano del Foro Romano.

[5]​ Santa María Antigua sufriría más daños durante el saqueo normando del año 1084.

Sobre las ruinas se construyó en el siglo XIII una pequeña iglesia, reedificada en 1617 por Longhi con el título de Santa María Liberatrice (Sancta Maria libera nos a poenis inferni).

Excavaciones fortuitas en el siglo XVIII, y más intencionales a finales del XIX, sacaron a la luz los frescos cuando en el año 1900, se demolió el edificio de Longhi, que no tenía particular mérito artístico, para recuperar los restos de la antigua iglesia medieval.

Su redescubrimiento, no solo dio visiones nuevas sobre el temprano arte medieval, sino también se convirtió en un elemento clave para entender el desarrollo cultural y urbanístico del Foro Romano en los primeros años de la era cristiana.

Entre 1980 y 2016, el monumento fue cerrado al público en general, limitándose la entrada solamente a estudiosos con permisos especiales.

La iglesia se encuentra en la lista de edificios en peligro del Fondo Mundial para los Monumentos desde 2004.

Estos frescos revisten particular importancia porque se puede admirar la primera representación conocida de la Virgen entronizada.

Es además un documento fundamental para conocer la pintura bizantina, porque tras la crisis iconoclasta del año 726, en Oriente no sobrevivió prácticamente nada de aquel período.

Generaciones de artistas se dedicaron a Santa María Antigua, continuando o interrumpiendo las tendencias pictóricas previas.

[26]​ Aquí es donde algunos como ArcheoRoma diferencian dos capas distintas, que serían la tercera y la cuarta.

Esto lo indica el hecho que el recuadro debió en el pasado extenderse hacia la izquierda, con María en el centro de una composición simétrica, flanqueada por dos ángeles.

Hay dos fragmentos con la cara de la Virgen y la del llamado Ángel Bello que constituyen una anunciación y pertenecerían, o bien a la misma capa tercera anterior, o bien una cuarta capa independiente.

Se especula que algunos pequeños fragmentos de yeso pintado, muy dañado e ilegible, que hay en la pared izquierda, y el yeso blanco con restos de pintura (quinta capa) pertenecían a la misma fase pictórica.

En estas fases se profundiza en el cambio ya notado con María y el Ángel, de manera que quedaría reafirmada la influencia bizantina en Roma.

La capa quinta (o sexta) sería aquella en la que se encuentran dos los Padres de la Iglesia, posiblemente los santos Basilio y Juan.

Aunque bien conservados, son pocos los frescos que sobreviven del pontificado de Martín I.

[19]​ El estilo romano era muchos menos detallado: no tiene líneas de contorno ni sombreado, y los fondos son muy tenues.

[32]​ Los ambiciones proyectos de Juan son la causa principal de la eliminación y destrucción de frescos más antiguos: para pintar, los artistas debían volver colocar sus andamios a 9,3 metros sobre el nivel del suelo, sujetados por agujeros colocados a intervalos regulares en las paredes; después, enyesaban sobre los frescos más antiguos[33]​ e inmediatamente comenzaban a pintar sobre el yeso fresco (intonaco),[33]​ para hacer que la pintura se filtrara en este y generara un efecto de profundidad.

[33]​ Luego bajaban los andamios a una altura de 7,98 metros, y repetían el proceso, en espacios muchas veces muy estrechos.

[33]​ El estilo utilizado con Juan VII es claramente helenístico fusionado con estilos lineales romanos anteriores,[34]​ mostrando a las figuras tensas, a pesar de estar con túnicas arremolinadas, contornos en sus rostros y expresiones animadas que los individualizan:[35]​[36]​ los artistas los plasman en una conversación donde mueven las manos y la cabeza, pero con sus espaldas planas en el fondo y sin rotarse hacia la conversación.

[39]​ Los artistas de Juan VII fueron influenciados por los bizantinos, que combinan la transparencia del helenismo con colores más densos, en capas.

[41]​ Sus ojos no miran de frente, sino hacia abajo, individualizando al espectador.

[52]​ En el fondo, a la izquierda del presbiterio, hay una capilla que se llama de Teodoto.

En el fresco de la Crucifixión, Cristo está vestido y sus pies no se solapan.

Plano actual de Santa María Antigua:
(1) Nave central
(2) Presbiterio
(3) Ábside
(4) Capilla de Teodoto
(5) Capilla de los Médicos
(6) Rampa al Monte Palatino
(7) Templo de Augusto
(8) Oratorio de los cuarenta mártires
(9) Atrio
Interior de Santa María Antigua.
Fotografía realizada poco después de su descubrimiento (1914-1924).
Detalle: Ángel de la Anunciación (sobre el «muro palimpsesto», 565-578).
Fresco de Cristo entronizado.
Juan VII .
Mosaico h. 705-707, Pinacoteca Vaticana .
Fresco de mártires.
Crucifición en Santa María Antigua, capilla de Teodoto.