Se desconoce qué Señor debió escoger estos terrenos, lugares de fácil caza, pastoreo y pesca.
Este Señor llevaría consigo toda su servidumbre, y para su atención espiritual la antiguamente llamada cofradía fundó una ermita, dándole terrenos para el sostenimiento del clérigo, reservándose el derecho de designar a la persona que ejerciese el ministerio.
En el siglo XVII esta anteiglesia parecía ya formada, y funcionaba entonces la junta de fábrica.
Para las mujeres existió la oportunidad honorífica de "Beata", "Freila" o "Sonora", que atendían el templo.
Por su parte los vecinos del barrio que habitan en los dispersos caseríos se han mostrado radicalmente contrarios a las expropiaciones de sus terrenos por parte del ayuntamiento.