Conocida como "La Perla" por su sobrecogedora expresividad, esta imagen es una de las más impactantes del artista.
Con el paso del tiempo, la devoción por la imagen fue en aumento, recibiendo la advocación de Cristo de la Luz, probablemente debido a la iluminación especial que la rodeaba en el templo.
En 1940, la imagen fue cedida a la capilla universitaria del Colegio de Santa Cruz, donde permanece hasta hoy.
Sin embargo, Agapito y Revilla, aunque la consideró magnífica, opinó que no era la mejor del escultor.
Es venerada por la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz.