A mediados del siglo XIX, el lugar, ya por entonces perteneciente a Palau Sator, tenía contabilizada una población de 227 habitantes.
[2] Su origen es posiblemente visigodo y constituye un modelo casi único en Cataluña y algo insólito entre los monumentos conocidos que pueden corresponder a la misma época.
La iglesita está construida con materiales pobres.
Su planta es irregular, así como el espesor de sus muros y consta de tres tramos diferentes.
La nave está cubierta por bóveda de medio cañón, ligeramente sobrepasada en el ábside.