Hipólito de Roma
Hipólito debe de haber nacido en la segunda mitad del siglo II, probablemente en Roma.El resultado fue un cisma y es probablemente por tal razón que Hipólito se alejó de la Iglesia durante unos diez años liderando una congregación separada.Durante las persecuciones del emperador Maximino el Tracio en 235, Hipólito y Ponciano, que era entonces papa, fueron exilados a Cerdeña, donde murieron.Prudencio transpuso elementos del mito griego de Hipólito, el hijo de Teseo (cuyo nombre en griego significa “el que desata los caballos” y que murió arrastrado por sus caballos) a su relato sobre la muerte del santo cristiano.Así, describió de manera conmovedora el cruel suplicio del Hipólito histórico, lo que es casi con certeza una leyenda.Durante la Edad Media, los caballos enfermos solían ser llevados a St Ippolitts, en Hertfordshire (Inglaterra), donde una iglesia le había sido consagrada.En cambio, el autor oriental, cuyo nombre era efectivamente Hipólito, compuso sobre todo obras exegéticas.Pese a algunas imprecisiones en tipología,[7] su exégesis se distingue por una cierta sobriedad y sentido de proporción.La importancia atribuida a la obra ha sido sin embargo bastante exagerada: un examen serio de las fuentes utilizadas para la exposición del gnosticismo demuestra que la información suministrada no es siempre fiable.Entre otras cosas, incluyen un relato animado de los eventos precedentes el fin del mundo.La influencia de Hipólito se hizo sentir sobre todo en sus trabajos sobre cronología y derecho canónico.La edición de J. A. Fabricius, Hippolyti opera graece et latine (2 vols., Hamburgo, 1716-1718), reeditada por Gallandi, Bibliotheca veterum patrum (vol.En cuanto al resto, solo existían fragmentos y traducciones principalmente en Eslavo eclesiástico muchas de las cuales no habían sido publicadas hasta en 1911.En cuanto a la "Refutación", existen las ediciones de Miller (Oxford, 1851), Duncker, Schneidewin (Göttingen, 1859), y Cruice (París, 1860).Hipólito de Roma consideró la Eucaristía un sacrificio, concretamente el descrito en el Libro de Malaquías (1:10), y es una fuente valiosa sobre cómo se celebraba la Misa en Roma a finales del siglo II y principios del III.De igual manera tomó el cáliz, diciendo: Esta es mi sangre derramada por vosotros.