Cesáreo fue diácono de África, martirizado en Terracina (en la actual Italia).
Cesáreo denunció la costumbre pagana de sacrificar un joven cada año en honor del dios Apolo, arrojándolo por un acantilado.
Fue condenado a ser metido en un saco y arrojado al mar.
Según la tradición, la muerte de Cesáreo tuvo lugar entre los años 60 y 110.
[2] Sin embargo, es más probable que realmente viviese en el siglo III y muriese durante el reinado del emperador Diocleciano.