Antes de opositar a una canonjía en Madrid, había intentado hacerlo en Barcelona, pero, a pesar de haber obtenido la mejor nota en el examen, el Cabildo nombró a otro examinando, sin dar más explicaciones.
En Madrid, siguiendo la costumbre de que los nuevos canónigos pronunciasen unas conferencias cuaresmales, Castellote eligió un tema por entonces poco usual: sobre el origen de la vida, haciendo gala de profundos conocimientos científicos y culturales, citando a numerosos y por entonces bien conocidos biólogos y científicos.
Estas conferencias fueron aplaudidas por toda la prensa de Madrid, alabando su valentía en la exposición de temas tan controvertidos.
También obtuvo su gestión las positivas valoraciones incluso de la prensa nada afín a la Iglesia, que destacó sus conocimientos filosófico-teológicos desde la razón natural.
Sus predicaciones y conferencias sobre los más variados temas fueron objeto del aprecio de sus diocesanos.