En 852, Salomón prestó juramento ante Carlos como leal seguidor (fidelis); a cambio, al igual que con Erispoe, recibió Rennes, Nantes, y Retz como "tercio" de Bretaña en calidad de feudo.
[4] Salomón no abandonó la lucha contra Roberto el Fuerte y sus aliados tan fácilmente.
[8] Aunque desde aquel momento Salomón comienza a llamarse 'rey', no lo era de forma oficial, como deja constancia un historiador monástico del siglo XI en Redon: Salomón era llamado rey, no porque lo fuera, sino porque vestía una corona dorada y ropas púrpuras por concesión del emperador Carlos, y por esta razón era designado con este nombre.
[10] Salomon podría estar buscando un arzobispo más dispuesto a obedecer o que le consagrara como rey.
Quizás únicamente deseara romper el estancamiento provocado quince años atrás por la deposición de cinco obispos bretones ordenada por Nominoe.
[11] Sin embargo, pronto estalló una guerra civil entre los tres cabecillas que duraría hasta 876.