[1] En su forma elemental, el oro se ha empleado durante siglos como antiprurítico para aliviar la comezón de las manos.
Robert Koch observó en 1890 que el oro inhibía in vitro al Mycobacterium tuberculosis.
Posteriormente, se empleo en artritis y lupus eritematoso, que en ese tiempo eran padecimientos considerados como manifestaciones tuberculosas, pero en realidad no había relación.
Sin embargo, otros inhibidores de sulfhidrilo no parecen tener acciones terapéuticas en común con el oro.
[7][8] Para conocer más sobre las sales de oro y sus usos e indicaciones individuales véanse los siguientes artículos.