Se encuentra en la margen derecha del río San Javier.
Es una villa turística, que aprovecha el río San Javier tanto para residencias de fines de semana (centradas en construcciones palafíticas y de madera), como para actividades recreativas relacionadas con el río y su entorno natural: esquí, paseos en canoa, cabalgatas, safaris.
[1][2] Cuenta con puesto de salud, comisaría, templo católico y escuela.
[3] La ganadería es también una actividad tradicional, aunque la soja viene ganando lugar entre los cultivos.
[4] La localidad tiene su origen en un saladero, establecimiento para salar carnes que luego serían reemplazados por los frigoríficos.