Fue construida originalmente como sala capitular del convento de San Pablo, quedando inconclusa.
La sala, iniciada en el siglo XVI por el arquitecto Hernán Ruiz II, fue construida originariamente como sala capitular del convento de San Pablo, aunque quedó inacabada y nunca llegó a utilizarse.
[2] En el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, se utilizó la sala como prisión.
[3] En estas obras se ha preservado la antigua sala en el estado inacabado y de ruina en el que estaba, incluyendo mechinales y grietas, añadiéndole un tejado de cristal así como un nuevo edificio anexo.
[3] Estas obras de rehabilitación concluyeron en el año 2008.