Actualmente, la SE-30 es el principal distribuidor viario del área metropolitana de Sevilla.
Una vez sobrepasado este nudo se cruza el cauce vivo y, a partir de este momento, nos situamos en el margen derecho del cauce vivo, en el Aljarafe.
En cuanto cruzamos el cauce vivo nos encontramos con los accesos metropolitanos a las autovías de Coria del Río (A-8058) y Mairena del Aljarafe (A-8057), que dan acceso a las zonas residenciales metropolitanas de dichos municipios.
Más adelante nos encontramos con un nudo de gran importancia que conecta la A-49 y la SE-30.
Su estructura en anillo abierto por el Norte al considerarse la debilidad de este territorio para admitir un arco norte de circunvalación, resultó a la larga una propuesta equivocada, habida cuenta del potente eje que constituye el paso territorial del Alamillo, no previsto en la red arterial del Plan del 87, lo cual supuso funcionalmente que la ronda urbana norte actuase como circunvalación en el norte de la ciudad cuando sus intersecciones no estaban preparadas para ello.
La nueva circunvalación finalizaba en el enlace de Juan Carlos I, donde confluían los accesos a la ciudad desde el Oeste.
El cruce sobre la dársena portuaria se consideró mediante la construcción de un nuevo puente atirantado, como principal innovación estructural sobre las redes viarias anteriores.
En la margen derecha del río se establecían las conexiones con los municipios del Aljarafe centro y sur, junto con el tramo de dicha circunvalación en paralelo al río por la margen derecha, hasta conectar con las carreteras A-49 (acceso de Huelva) y N-630 (acceso de Mérida).
Se había previsto la duración de las obras entre 2 y 3 años, según lo que anunciaron el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, todas las obras contempladas serán adjudicadas en un plazo máximo de 18 meses con estas 14 actuaciones.