En contraste con otras repúblicas soviéticas, la RSFS de Rusia no poseía su propio partido comunista y por tanto no tenía su propio secretario general (lo que dotaba a las otras repúblicas de un relativo poder independiente) hasta 1990.
Los deberes del Sóviet Supremo también consistían en: La forma principal de la actividad del Sóviet Supremo eran las sesiones, que el Presídium convocaba dos veces al año.
Asimismo, ante solicitud del Presídium o a solicitud de un tercio de los diputados, se podían convocar sesiones extraordinarias y solemnes (dedicadas a fechas destacadas).
El Sóviet Supremo formaba comisiones permanentes y temporales.
Sin embargo, el carácter bicameral del Sóviet Supremo era nominal, debido a que las decisiones más importantes eran adoptadas como resoluciones conjuntas de ambas cámaras; muchos de los comités legislativos estaban compartidos entre ambas.