Sin embargo la elevación del párpado se hace muy notoria cuando el paciente abre la boca mientras está mirando hacia abajo.
Este síndrome es sabido como de carácter congénito, pero existen situaciones excepcionales en las cuales puede ser adquirido, las cuales serían posteriores a: cirugías oftalmológicas, sífilis, trauma y tumores de la protuberancia anular.
Algunos pacientes adultos aprenden a manejar la caída del párpado, colocando la cabeza ligeramente hacia abajo y mirando hacia arriba, disminuyendo así la ptosis, de cualquier manera esto solo es posible en los casos leves.
Existe una serie de procedimientos de cirugía que se pueden emplear para mejorar la situación presente en esta afección,[3] algunos involucran al párpado en sí y utilizan injertos de fascia lata como elemento suspensor, otros involucran al músculo elevador del párpado superior, el cual es recortado y transpuesto para corregir la ptosis presente.
Es muy importante en este tipo de cirugía, conocer los efectos del reflejo óculo-cardíaco, ya que la tracción que se realiza sobre la musculatura extra ocular, puede producir efectos adversos sobre el ritmo cardíaco, específicamente una bradicardia, debido a la estimulación parasimpática del nervio vago.