El deterioro del lóbulo frontal puede tener que ver en su causa (Orrell et al., 1989).
La persona que sufre de este trastorno se caracteriza por su aislamiento social, llegando a recluirse en el propio hogar, además de desatender absolutamente la limpieza del mismo y toda higiene personal.
En algunos casos las penurias económicas pueden alentar este comportamiento, pero no es un factor clave, pues se conocen casos en personas de alto nivel socioeconómico y carreras profesionales brillantes que lo padecen, como Edith Bouvier Beale.
Este trastorno, que esconde importantes alteraciones psiquiátricas, afecta en España a 17 pacientes por cada 10 000 ingresos hospitalarios.
El mayor obstáculo para tratar a estos pacientes es que ellos no tienen plena conciencia de su problema y suelen rechazar la ayuda social.