En 1964, se matriculó en fisiología vegetal en la Universidad de Connecticut, donde consiguió su doctorado en botánica en 1968.
Los folíolos son normalmente horizontales (abiertos) durante el día y verticales (cerrados) por la noche, lo que indica un ritmo circadiano en la planta.
Su trabajo demostró que los movimientos son impulsados por el flujo iónico en las células motoras foliares y que este movimiento persiste independientemente del color de la luz o del ritmo endógeno.
[3] Se casó con Robert Satter, un juez del Tribunal Superior de Connecticut.
En 1990, se estableció en su memoria el Premio Satter de Matemáticas con los fondos donados por Joan S. Birman,[5] que quiso honrar el compromiso de su hermana en la investigación y para animar a mujeres en la ciencia, siendo otorgado el primero en 1991.