Rudolf Schmundt
En los círculos castrenses y aun por las mismas SS, se le llegó a considerar como el sucesor natural de Hitler en 1943.Se unió al ejército imperial e ingresó en el mismo regimiento en el que sirvió su padre y en 1914, participó en las principales batallas de la Gran Guerra, tales como la del Somme, y en los campos de Marne.A su regreso, consultó a Schmundt sobre estas ejecuciones y este le espetó que destruyera el film y se abstuviese de meter las narices en asuntos que no le concernían.[1] Schmundt tuvo un papel primordial en lograr la cooperación del Ejército y las actividades de los comandos Einsatzgruppen en su funesto cometido contra la población judía durante la Operación Barbarroja al expresar que las Fuerzas Armadas debían un juramento hacía el Führer en su lucha contra el judaísmo.Schmundt perdió el ojo izquierdo, recibió metralla junto con quemaduras graves y esquirlas en ambas piernas pero sobrevivió siendo llevado al Hospital de Rastenburg.Hitler exigió al personal médico que se hiciera todo lo posible por la recuperación de su edecán favorito.Las notas escrupulosamente llevadas por Schmundt en vida, fueron halladas en la caja fuerte del general Walter Scherff, historiador oficial de Hitler y sirvieron como testimonios en contra en los enjuiciamientos de Wilhelm Keitel y Alfred Jodl.