Fue el tercer arzobispo de San José (1952-1959), al suceder a Víctor Sanabria Martínez.
En 1925 el Padre Valenciano viajó a Roma para la celebración del Año Santo, dejando la parroquia de la Merced en manos del Padre Rubén Odio.
Tuvo siempre en gran respeto la figura de su antecesor Monseñor Sanabria Martínez y admiró el esfuerzo que puso aquel por unir a la familia costarricense.
[1] Gobernó la arquidiócesis con gran celo por la salvación de las almas; puso un gran esfuerzo por desarrollar las vocaciones sacerdotales desde la más temprana edad y presidió con gran solemnidad el Segundo Congreso Eucarístico Nacional, verificado en 1955.
En la actualidad su nombre fue adoptado en su honor por el Liceo Monseñor Rubén Odio Herrera ubicado en Desamparados.