Pero en cuanto a tamaño del habitáculo y su disposición, no cambió nada; así, el coche ya se considera ahora demasiado pequeño en comparación con la mayoría de sus competidores, más modernos y mayores.
Sus rivales fueron reemplazados por coches más modernos, y así, los déficits se hicieron visibles, entre otros, en los ámbitos de la protección contra la oxidación, la elaboración, el uso del espacio y la seguridad, especialmente la seguridad pasiva, en caso de sufrir un accidente.
En la prueba aparece con el título y hasta ahora nunca igualado, el "coche más inseguro probado en EuroNCAP".
El informe es explícito: General El Rover 100 obtiene una cero estrellas, la peor puntuación jamás alcanzada por un coche por el EuroNCAP, pero con algunos cambios de menor importancia, habría tenido derecho a una única estrella.
El choque contra peatones es algo menos deficiente aunque lejos de ser seguro.
La cabeza no es la más expuesta: las costillas se presionan fuertemente, poniendo en gran peligro la zona del pecho, ya que no existe estructura alguna de protección frente a impactos laterales, y por lo tanto la protección del abdomen también es muy mala.