Durante los años siguientes fueron la fuerza política dominante de la provincia y a ella pertenecieron todos los gobernadores.
Durante su gobierno hubo un amplio progreso arquitectónico en la provincia y se multiplicaron los establecimientos rurales.
Al día siguiente designaron en asamblea popular a Cirilo Sarmiento como gobernador interino.
Durante los saqueos el obispo fray José Wenceslao Achával medió con la tropa y los convenció de volver pacíficamente a los cuarteles.
El día 26 Sierra y los sublevados se exiliaron en Chile sin volverse a saber de ellos.