Definida por sus creadores como "una comedia sobre la intolerancia", "Rosa y negro" se traslada a la España del siglo XVI para recordar que hace poco tiempo se mataba a judíos, musulmanes y homosexuales en nombre de Dios.
Una idea que, aunque se desarrolla con mucho humor y fantasía, puede resultarle cercano al espectador de hoy en día.
La concejala de Cultura, Dolores Marín, se mostró entusiasmada con la repercusión que la ciudad logra en el exterior gracias a eventos como éste.
Algo que ya les había ocurrido con Alatriste y La conjura de El Escorial.
En la Europa mediterránea nos interesa más este cine francés chillón y vodevilesco que el otro.