[3] Tras la Primera Guerra Mundial, el traje completo se estableció como ropa diaria informal.
El chaleco se llevaba regularmente con el traje hasta la Segunda Guerra Mundial, pero luego se fue viendo cada vez más raramente, debido a la calefacción central de las oficinas y el gasto de confección.
Al menos hasta principios de los años 60 aun fue habitual para los varones llevar sombrero.
Un ejemplo son las joyas masculinas, que alguna vez se consideraron impactantes o excitantes incluso en círculos casuales, y desde principios del siglo XXI apenas llaman la atención en situaciones semiformales.
Amelia Bloomer introdujo una especie de pantalones para mujer como una alternativa informal a los miriñaques y faldas formales.