Roberto Balado

Prefería pelear en la media distancia para sacar mayor provecho al poco alcance que tenía y entre muchas virtudes sobresalía la inteligencia y un instinto poco común para resolver por sí solo los imponderables no previstos en la esquina.

Pese a no poseer el somatotipo adecuado se esforzó y a base de voluntad y trabajo logró reinar en los pesos pesados, dejando en la corta trayectoria deportiva tronchada por un accidente automovilístico el cual le costó la vida, un récord de 238 victorias, y tan solo 12 derrotas en 250 combates efectuados.

Contaba con 14 años cuando decidió ponerse los guantes, como la mayoría de los atletas cubanos participó en los Juegos Escolares Nacionales.

En 1984, Teófilo Stevenson, aunque conservaba buena forma física e incluso aspiraba a conquistar la cuarta medalla dorada en Juegos Olímpicos, ya necesitaba del relevo capaz de continuar la senda victoriosa iniciada en Múnich.

De la provincia guantanamera se tenían alentadoras noticias del joven Félix Savón, mientras que en los predios camagüeyanos el entusiasta Eugenio "Titi" Basulto hablaba maravillas del prospecto Leonardo Martínez Fizz.

A propósito del indiscutible ascenso a los planos estelares apunta Alcides Sagarra: "Raúl habló conmigo del muchacho y sin ningún tipo de compromiso acepté que los preparara en la "Finca".

Comenzó a evidenciar progresos y muy pronto lo suyo fue algo más que el simple aprendizaje.

Siempre estuvo dispuesto a ayudar en los "Sparrings" y no le importaba el nombre del contrario que tuviera enfrente".

En los Juveniles representó su país en el Campeonato Mundial de La Habana – 87, venciendo categóricamente a todos tus oponentes.

Su velocidad de manos y piernas, la magia con que esquivabas los golpes, su depurada técnica para contraatacar, pegar y no ser golpeado, deslumbraron a miles de personas, que muy pronto vieron cómo, con un somato tipo poco habitual para tu peso, conseguías llegar a la cúspide en tan poco tiempo.

Asumiste con firmeza la responsabilidad de mantener la hegemonía cubana en esta categoría a nivel mundial.

Convencido estoy que en la actualidad colgarían de tu cuello tres títulos olímpicos y seis mundiales, pues ni uno solo de los presentes supercompletos te haría sombra dentro del cuadrilátero.