Su papel legislativo interno es muy importante y consigue que el 29 de marzo de 1139 el papa Inocencio II, mediante la bula «Omne datum optimum» conceda a la Orden numerosos privilegios.
Así, los Templarios son excluidos del pago del diezmo, no están sometidos a la jurisdicción episcopal (lo que significa que la Orden cuenta con sus propios eclesiásticos) y son autorizados a llevar la cruz roja sobre sus mantos blancos.
Robert de Craon no tuvo tanto éxito en el terreno militar.
Apenas elegido, derrota al emir de Alepo; pero permite a sus caballeros entregarse al pillaje, facilitando que las tropas del emir se vuelvan contra ellos y los descuarticen.
En 1140, los templarios se enfrentan heroicamente a un ejército turco mucho más numeroso en la batalla de Técua.