[6] Además, tuvo un papel importante en la Asociación Suiza de Beneficencia, en el movimiento pacifista y en organizaciones que abogaban por la defensa del pueblo armenio.
[8] En su primer año en el cargo, Comtesse nombró a Léopold Dubois, director del Banco Cantonal de Neuchâtel, director financiero de los Ferrocarriles Federales Suizos, cuya fundación era inminente.
[9] Comtesse rechazó la oferta para incorporarse a la dirección general del Banco Nacional.
Logró que Suiza contara con representación diplomática en La Haya para así tener presencia en el Tribunal Permanente de Arbitraje y en otras organizaciones internacionales.
En 1910 se reunió con el presidente francés Armand Fallières para abordar la situación de las relaciones, en ocasiones tensas, entre ambos países.
Comtesse planteó la necesidad de reformar la administración y abogó, en particular, por la modernización del Departamento Político.
A su juicio, el principio de rotación vigente en aquella época no permitía dar continuidad y gestionar de manera eficaz unas relaciones exteriores que cobraban cada vez mayor importancia.
Ello le enfrentó en varias ocasiones con el ministro de Defensa, Eduard Müller, quien solía imponerse.
La crónica del Neue Zürcher Zeitung sobre los debates presupuestarios tildó a Comtesse de «increíblemente ingenuo».
Simpatizó abiertamente con los opositores a las Potencias Centrales durante la Primera Guerra Mundial y convocó una protesta contra la invasión de Bélgica.