Diversos tramos de su cauce están secos durante las épocas más calurosas del año, formándose los característicos cadozos.
La rivera concluye su recorrido al alcanzar las abruptas laderas de los arribes, momento en el que vierte sus aguas en el tramo internacional del río Duero, formando para ello una cascada de especial belleza.
Toda la zona, pero en especial la zona del arribe, es frecuentada por especies de ave protegidas como son el buitre leonado, la cigüeña negra, el halcón peregrino, el alimoche, la chova piquirroja, el búho real, el águila real y el águila perdicera.
Su recorrido es de apenas 650 metros en los que se pueden ver otras construcciones sorprendentes, talladas sobre el granito por el simple paso del agua o por sus fuertes caídas y remolinos.
[2][6] La rivera con sus molinos puede ser observada desde el mirador de Peña Redonda en Villardiegua, en la parte española, o desde el mirador de «São João dos Arribes» situado en la ladera portuguesa del río Duero, en pleno parque natural del Duero Internacional.