Ritmicón

En 1930 el compositor vanguardista y teórico musical estadounidense Henry Cowell encargó al inventor ruso Léon Theremin la creación del extraordinariamente innovador ritmicón.

Utilizando el teclado del dispositivo, cada uno de los dieciséis ritmos puede ser producido individualmente o en cualquier combinación.

[1]​ Un esquema similar pero más sofisticado, magneto-mecánico en lugar de opto-mecánico pronto sería empleado por Laurens Hammond para construir su primer órgano, que vio la luz en 1935.

[4]​ El compositor Charles Ives encargó a Léon Theremin que fabricase un segundo modelo del ritmicón.

para que lo utilizasen Cowell y su socio, el director de orquesta Nicolas Slonimsky.

El otro dispositivo permaneció con Slonimsky, de quien más tarde pasó a Schillinger y a la Institución Smithsonian[5]​ Este último instrumento sigue operativo y su sonido ha sido descrito como "percusivo, casi de tambor".

Del mismo modo, ciertos relatos afirman sin justificación[5]​ que el ritmicón puede ser escuchado en las bandas sonoras de diversas películas como por ejemplo Dr. Strangelove.

Joseph Schillinger y el ritmicón (1932).