Una vez viuda, Rita pidió la admisión al monasterio de las agustinas de Santa María Magdalena, en Cascia (establecido en 1256), pero no fue aceptada debido a que sólo se permitían vírgenes.
Ambos se enfermaron y murieron, también pidiendo perdón a su madre por todos los dolores que le habían causado.
En el convento, Rita se entregó a una vida de oración y penitencia.
En su vejez, ella contaba que su marido le prohibía dar de comer a los pobres.
No se duda de que este episodio de las abejas pertenece a la primera tradición ritiana, pero no se lo considera necesariamente como un fenómeno sobrenatural.
Aún hoy, en el antiguo monasterio donde Rita vivió y murió como monja agustina, se encuentran a las abejas "murarias", llamadas así porque habitan en los muros, aunque la devoción popular prefiere llamarlas "abejas de Santa Rita".
En Casia las "abejas de santa Rita" no sólo viven en los muros del monasterio, sino que también junto a este.
Según una tradición, desde que era bebé, mientras dormía en una cesta, abejas blancas se agrupaban sobre su boca, depositando en ella la dulce miel sin hacerle daño y sin que la niña llorara para alertar a sus padres.
Los huecos en la pared, donde las abejas tradicionalmente permanecen hasta el siguiente año, pueden ser vistos claramente por los peregrinos que llegan hoy al monasterio.
La gente se agrupó en el lugar para mostrar los últimos respetos a su cuerpo, que emitía una intensa fragancia dulce (como si hubiera sido embalsamado).
Su cuerpo incorrupto se conserva hasta la actualidad (aunque muy deshidratado) y expuesto en la Basílica.
También es conocida en España como Patrona de los funcionarios, aunque, probablemente el origen de ello no sea religioso ni tenga que ver con su vida, sino con el refrán popular "Santa Rita, Rita.... lo que se da, no se quita" en alusión a que las plazas laborales de los mismos son vitalicias y, una vez conseguidas, resulta muy difícil perder ese puesto de trabajo.
Anualmente se realizaba allí una verbena popular, muy cerca del centro de la ciudad, en honor a esta santa.
La fiesta fue secularizándose y terminó por convertirse en una feria alejada del lugar que le dio origen.