Su nombre deriva de los términos rino (nariz) y fima (crecimiento).
[3] Aunque se han propuesto diversos factores que pueden contribuir a la aparición o agravamiento de la enfermedad, la causa exacta que la origina es desconocida.
Se cree que puede existir una predispocisión genética y factores agravantes, entre ellos la exposición a la luz solar el calor o el frío, consumo de alcohol, utilización de cremas con corticoesteroides e infección cutánea.
[2] La piel de la nariz adopta un aspecto enrojecido con engrosamiento cutáneo, telangiectasias y lesiones noduloquísticas irregulares con folículos dilatados que en ocasiones se taponan por sebo.
Debe evitarse la automedicación y la aplicación de tratamientos sin supervisión médica.