Rey ahogado
En ajedrez, el rey ahogado —o simplemente ahogado— es una situación que se produce cuando el jugador de quien es el turno no tiene jugadas legales para realizar y el rey no se encuentra en estado de jaque, es decir, el rey no puede moverse a otras casillas porque quedaría en posición de jaque o porque están ocupadas por piezas propias o piezas ajenas que están defendidas, y además el jugador no tiene otras piezas que puedan moverse o capturar a piezas adversarias.Durante los finales, el rey ahogado es un recurso que puede permitir empatar en una posición inferior.Aunque un ahogado es aceptado universalmente como un empate, este no ha sido el caso en gran parte de la historia del ajedrez.Las reglas en Inglaterra desde el siglo XVII hasta el XIX consideraban al ahogado como partida perdida para el jugador que le tocaba iniciar el juego, regla de juego que eminentes historiadores de ajedrez atribuyen al ajedrez ruso.Esta norma desaparece en Inglaterra antes de 1820, siendo reemplazada por el reglamento francés e italiano, en donde el rey ahogado se considera un empate.