Unos 400 alemanes fueron asesinados esa noche y al día siguiente por los georgianos, ayudados por los neerlandeses, con cuchillos y bayonetas, mientras dormían en el barracón que compartían con los georgianos o mientras hacían guardia o paseaban por los caminos de la isla.
[2] Los rebeldes habían puesto sus esperanzas en un hipotético desembarco aliado que no tuvo lugar.
Debido a que la supuesta ayuda aliada no se materializó y a que habían fracasado en tomar las baterías en las costas septentrional y meridional de la isla, fueron prontamente contraatacados.
El 163º Marine-Schützenregiment[3] llegó del continente y, tras dos semanas de combates, recuperó la isla.
[6] Los que sobrevivieron hasta la muerte de Stalin fueron rehabilitados y se les permitió volver a sus hogares.