Isabel I de Rusia

Su alianza con María Teresa favoreció a Austria en su disputa con Prusia por la supremacía sobre los Estados alemanes y por el dominio de Silesia.[3]​ Pedro intentó también encontrar un buen pretendiente para Isabel en la corte real francesa cuando visitó el país.[3]​ Su intención era casar a su segunda hija con el joven Luis XV de Francia, pero los Borbones rechazaron la oferta.[2]​[4]​ Isabel fue una niña inteligente pero que no fue brillante intelectualmente porque su educación formal fue imperfecta e inconstante.Catalina se convirtió en zarina por derecho propio, y en aquellos años, Isabel y su hermana mayor Ana Petrovna continuaron gozando de la dulzura de la vida palaciega que habían conocido al nacer.Por aquellos años, la zarina buscó el casamiento de su hija Isabel con el joven monarca francés, Luis XV, pero la Europa de aquel momento ya no miró a la Rusia posterior a Pedro I con los mismos ojos.Cuando Catalina murió en 1727, Isabel se sometió a los designios del nuevo heredero, el inestable niño, Pedro II, su medio sobrino.El zar-niño siempre sintió un enorme cariño hacia su tía, con la que compartía muchas veladas campestres alejados de la asfixiante Corte.Sin embargo, los Dolgorúkov, una antigua familia boyarda, tenían un profundo resentimiento hacia Ménshikov.Por aquellos años, ninguna corte real o casa noble de Europa podría permitir que un hijo cortejara a Isabel, pues podría ser interpretado como un acto de hostilidad hacia la soberana.[7]​ Casarse con un plebeyo era impensable, pues le costaría no solo el título sino sus derechos a las propiedades y al trono.[7]​ La princesa se convirtió en amante de Alekséi Shubin, un guapo sargento del Regimiento Semiónovski.[7]​ La relaciones entre Isabel y Alekséi dieron lugar a rumores sobre un posible casamiento en secreto (véase Предание о браке Елизаветы Петровны)."[8]​ Durante los tortuosos años de la emperatriz Ana Ioánnovna, Isabel vivió inmersa en el desconcierto, ante aquella tiránica mujer, obesa y envejecida, que veía a la bella princesa danzando en las fiestas organizadas en la Corte imperial.El temor a ser ejecutada por traición revoloteó sobre la cabeza de Isabel durante aquellos años, llevándola cada vez más a la obsesión de verse apresada o sometida al terrible knut (látigo).Así que cuando la zarina murió y convirtió a su sobrina, Ana Leopóldovna, en regente del niño-zar Iván VI, Isabel se planteó la cuestión más ardua que revoloteaba en su cabeza: asumir el trono de su padre.Su proclamación como Emperatriz Isabel I, mostró por qué los reinados anteriores llevaron a Rusia a la ruina: «El pueblo ruso gemía bajo los enemigos de la fe cristiana, pero ella, lo libró de la degradante opresión extranjera».Las considerables reformas introducidas por su padre no habían ejercido una influencia en el pensamiento de las clases dominantes.Suecia cedió a Rusia toda la parte sur de Finlandia al este del río Kimene[13]​ que, posteriormente, se convirtió en la frontera entre esos dos países.Este triunfo se debió a la habilidad diplomática del nuevo vicecanciller, Alekséi Bestúzhev-Riumin.Bestúzhev representó a la parte antifrancoprusiana del gobierno y su objetivo fue conseguir una alianza angloaustrorrusa, algo que en la época era ventajoso para Rusia.La futura Catalina II de Rusia escribió: «Fue despojado de todas sus condecoraciones y títulos, sin un alma que pudiese revelar qué delitos o transgresiones había cometido el primer caballero del imperio y fue enviado a su casa como un preso».Se especuló con que el canciller había intentado sembrar la discordia entre la emperatriz, su heredero y la esposa de este.Finalmente, eligió a su sobrino Pedro aunque ella era consciente de que el depuesto Iván VI, a quien había apresado y aislado en la fortaleza de Schlisselburg aún representaba un gran peligro para su trono.[18]​ Asimismo, se nombraron tutores rusos para cuidar de la educación del futuro zar.[22]​ Seis meses después, Isabel permitió que Catalina viese a su hijo de nuevo.Quince días después, sin embargo, escribió al príncipe Fernando de Brunswick: «El cielo comenzó a clarear.La zarina se enorgullecía de sus habilidades como bailarina y usaba los vestidos más elegantes.Emitió decretos que regulaban los estilos de ropa y adornos usados por los cortesanos.
Retrato de Isabel como Venus , pintado alrededor de 1710 para el palacio Peterhof
Isabel Petrovna en la década de 1720, por Iván Nikítich Nikitin
Coronación de la zarina Isabel I. Moscú , 1742, por Iván Sokolov.
Moneda de 1 rublo con la efigie de Isabel I de Rusia
Paseo de Isabel por las calles de San Petersburgo (1903), acuarela de Alexandre Benois .
Donación de Isabel al teniente general ruso Balthasar Freiherr von Campenhausen, el 27 de mayo de 1756.
Retrato ecuestre de Isabel acompañada por un paje
Isabel Petrovna en Tsárskoye Seló , por Eugene Lanceray (1905), Galería Tretiakov .
San Óscar Romero, San Albano Roe, San Anfíbalo, San Albano, George Tankerfield, Isabel de Rusia, Dietrich Bonhoeffer, representados en el retablo de la nave. Catedral de St Albans Reino Unido.