Aunque con este revisionismo coexisten varios revisionismos del mismo periodo histórico, es a esta corriente, dada su difusión y los numerosos debates que ha suscitado, a la que se la identifica con este término.
[3] La Historia está en constante revisión como no podía ser de otra forma en una disciplina científica; así, la revisión histórica no solo es legítima sino necesaria para ir adaptando nuestro conocimiento de la historia a los nuevos documentos que puedan ir apareciendo o nuevas interpretaciones que puedan darse de documentos ya conocidos.
[5] En España, este seudorevisionismo se centra en tres periodos concretos de su reciente historia: la II República (1931-1936), la Guerra Civil (1936-1939) y la dictadura franquista.
La II República fue el enésimo intento de la sociedad española por avanzar a posiciones democráticas, se venía de un siglo XIX donde hasta cuatro de estos intentos fueron abortados desde sectores reaccionarios relacionados con los terratenientes latifundistas, la Iglesia y, en general, con todos aquellos que no estaban dispuestos a renunciar a sus privilegios.
También, es a tras la Primera Guerra Mundial cuando surge el fascismo[10] como fuerza violenta y contrarrevolucionaria.
Pero el presupuesto de ese revisionismo más importante no es el del crecimiento económico o el bienestar, sino un presunto silogismo político: si la etapa de la Segunda República fue un período convulso y violento en la que no fue posible la democracia, si los republicanos fueron apoyados por la URSS durante la contienda, entonces ... la República no era un sistema democrático, los republicanos sólo eran unos totalitarios filobolcheviques.
Pío Moa y César Vidal son sus principales animadores, con éxitos editoriales que han sido ampliamente recogidos por diversos medios de comunicación; principalmente, la cadena de radio COPE y el conglomerado empresarial Libertad Digital.
Este seudorrevisionismo cuenta con el apoyo de periodistas e historiadores −Moradiellos incluye a los periodistas Federico Jiménez Losantos, José Javier Esparza, José María Zavala y a los historiadores Ángel David Martín Rubio y Luis Eugenio Togores−[15] y con «la comprensión académica de investigadores como Payne» que considera la obra de Pío Moa, en concreto su libro Los mitos de la guerra civil: «el empeño más importante llevado a cabo durante las dos últimas décadas por ningún historiador en cualquier idioma, para reinterpretar la historia de la República y la Guerra Civil».
Esta corriente que se ha dado en llamar revisionista, aun sin contar con numerosos promotores, sí cuenta con medios de comunicación que la amplifican, ha creado una cierta confusión y ha podido calar en sectores nostálgicos del franquismo.
A juicio de Manuel Ortiz Heras: «Se ha pecado tal vez en exceso de mantener algunos debates sobre la dictadura franquista poco productivos que han agotado no pocos esfuerzos e impedido una mayor agilidad en la investigación y la atención a determinados temas», lo que ha servido para proveer de argumentos a este revisionismo.