La retroflexión es un proceso psicológico que, en Terapia Gestalt supone la inhibición de la acción dirigiéndola hacia uno mismo.
El sujeto se convierte en objeto y diana de su propia acción.
[2] En su forma patológica, la retroflexión se da cuando evitamos enfrentarnos al ambiente conduciendo la pulsión hacia nosotros mismos.
[3] La retroflexión tiene una función de seguridad personal y por ello és útil en situaciones donde exponer la rabia o la cólera son perjudiciales para la salud del sujeto.
[4] Se retroflexiona cuando regulamos nuestra conducta de acuerdo a las exigencias de la situación, cuando tomamos atención en una actividad para aprender a desarrollarla o cuando regulamos el esfuerzo y la hidratación durante una actividad física.