Los detalles de su realización son descritos en una carta a su hermano mayor el cardenal Alejandro Farnesio.
Fue realizada durante una estancia en Padua del vástago más joven de la poderosa familia Farnesio, destinado a convertirse en cardenal y conocido mecenas.
Fue el primero de los retratos realizados por Tiziano para esta familia, al que siguieron muchos otros hasta convertir al artista en el retratista predilecto del mismo papa Paulo III, abuelo de Ranuccio.
Fue encargado por el obispo Cornaro como regalo para la madre de Ranuccio, Girolama Orsini.
Como de costumbre en la obra de Tiziano, se presta gran atención tanto a la dignidad y al rango del retratado, como a su caracterización psicológica.