Es un retablo renacentista, anónimo de 1530, pintado al óleo sobre tabla.
La traza arquitectónica es de estilo plateresco con decoración de grutescos, medallones, veneras y candelieri, aunque también presenta un pequeño recuerdo del estilo gótico en los doseletes.
Las tablas pictóricas tienen todas las características de las pinturas hispano-flamencas que se aprecian en la composición del tema, el colorido, los paisajes y otros muchos detalles.
El siguiente episodio es Jesús con la Cruz a cuestas, saliendo por la puerta de la muralla (apenas perceptible), cuyo paisaje muestra de nuevo a lo lejos el monte Calvario.
El último suceso se refiere al Santo Entierro de Jesús.