[1] El ret fi surge entre finales del siglo XVIII y principios del XIX,[1] para encontrar un encaje que pueda substituir a la blonda, que debido a la fragilidad de la seda, no podía ser utilizada frecuentemente.
Por este motivo se aplica sobre todo en la indumentaria eclesiástica: albas, roquetes, manteles de altar.
Otra de las características es que los dibujos están reseguidos por un hilo más grueso: el torzal.
También hay piezas de ret fi con motivos florales, pero no son las más habituales.
El pañuelo lo llevó la reina el día de su boda, pero el atentado terrorista que sufrió la pareja provocó la muerte de diversas personas y el pañuelo quedó destruido.