[3] Normalmente se observa en fases terminales de traumatismos craneoencefálicos agudos y puede indicar herniación cerebral inminente.
Al asociarse con la HIC, «generalmente son tardíos en la evolución del cuadro» y, por ende, implican un «pronóstico ominoso».
[2] Los incrementos moderados y continuos en la presión craneal permiten que suceda el reflejo.
[3][7][8] Ante el incremento de presión, se ve afectado el riego sanguíneo a las neuronas del bulbo raquídeo.
«La hipoxia e hipercapnia locales incrementan su descarga», lo que activa los quimiorreceptores centrales localizados en la superficie ventrolateral del bulbo.