Fue creada en el año 2005 a partir de un acuerdo privado entre los propietarios de las tierras y la Fundación Vida Silvestre Argentina, con el objetivo de proteger las características naturales propias del lugar y simultáneamente desarrollar actividades económicas productivas sustentables y compatibles con la preservación del medio ambiente.
[1] Las zonas dominadas por el ambiente estepario presentan la cobertura vegetal característica, representada por especies como el chupasangre (Maihuenia patagonica), el neneo (Mulinum spinosum), el llaollín (Lycium chilense) y pastizales de los géneros Stipa y Festuca.
En algunas zonas aparecen ejemplares de molles (Schinus johnstonii) que alternan con jarillares de varias especies de Larrea, coirones plumas (Stipa neaei) y blancos (Festuca pallescens) y maitenes (Maytenus boaria), entre otras especies.
La fauna incluye guanacos (Lama guanicoe); zorros grises (Lycalopex gymnocercus) y colorados (Lycalopex culpaeus); gatos de pajonal (Leopardus pajeros) y monteses (Oncifelis geoffroyi); vizcachas comunes (Lagostomus maximus) y serranas (Lagidium viscacia); coipos (Myocastor coypus); hurones chicos (Galictis cuja) y zorrinos (Conepatus chinga).
A poca distancia y en la zona del área protegida, se han avistado ejemplares de aguilucho común (Geranoaetus polyosoma), águila mora (Geranoaetus melanoleucus), halcón plomizo (Falco femoralis), codorniz californiana (Callipepla californica), torcaza común (Zenaida auriculata), loro barranquero (Cyanoliseus patagonus), coludito cola negra (Leptasthenura aegithaloides), zorzal patagónico (Turdus falcklandii) y jilguero dorado (Sicalis flaveola), entre otras.