El reconocimiento fortalece la voluntad de una serie de instituciones por concretar un proyecto que tiene como objetivo fomentar una relación equilibrada entre la población y su entorno natural que permita satisfacer las necesidades humanas de las generaciones presentes y futuras a través del desarrollo económico, social y ecológicamente sostenible.
Campesinos, pueblos indígenas, productores, empresarios y habitantes urbanos aprovechan la selva de Yungas, un ambiente de enorme valor natural y cultural que es imprescindible mantener.
de tierras agrícolas ubicadas en zonas aledañas a la RBYUN.
La reserva fue reconocida por la Unesco en noviembre de 2002, con el propósito implementar acciones que ayuden a resolver problemas socioeconómicos y ambientales, y contribuir en conservación de las Yungas.
- Ampliar la participación de la sociedad en las decisiones sobre su propio ambiente y desarrollo.
En estas zonas se permite la investigación científica, el turismo y la recreación, teniendo en cuenta la conservación del espacio protegido.
La reserva se caracteriza también por la importancia de su patrimonio cultural, integrada por diversos pueblos originarios; en la reserva y su área de influencia residen unas trescientas dieciséis comunidades de pueblos originarios (aymara, quechua, wichí, toba, chané, ocloya) que conservan sus costumbres (cosmovisión, modo de vida, festividades, artesanías, etc.) por la cultura campesina y por descendientes de españoles, reflejando una identidad múltiple, fuerte y particular del territorio.