Los suelos presentan un desarrollo incipiente, con abundante materia orgánica de detritus vegetales sólo en una angosta capa superficial, la cual se encuentra sobre rocas y rodados geológicamente jóvenes, poco consolidados, lo que redunda en derrumbes frecuentes que dejan, en pocos segundos, laderas completas totalmente desnudas de vegetación, aunque posteriormente la selva clima se regenera mediante una específica sucesión vegetal.
Gracias a la notable pluviosidad, se genera en las laderas orientales una intrincada red fluvial, con infinidad de ríos, rápidos, torrentes, y cascadas.
Las lluvias anuales van desde los 700 hasta los 1000 mm, con un fuerte déficit hídrico, de junio a noviembre.
Toda esta zona, la más apta para destino agrícola y silvocultural, fue profusamente alterada por la actividad humana.
En este Distrito destacan los cedros (Cedrela balansae y Cedrela saltensis), el horco cebil (Parapiptadenia excelsa), la afata (Cordia trichotoma), el lapacho verde (Cybistax antisyphilitica), el jacarandá común o tarco (Jacaranda mimosifolia), el jacarandá (Jacaranda cuspidifolia), los lapachos amarillos (Tabebuia aurea), (Handroanthus ochraceus), el viscote (Acacia visco), la quina colorada (Myroxylon peruiferum), el palo lanza (Patagonula americana), la tipa colorada (Pterogyne nitens), etc. Dentro de este Distrito se pueden reconocer también, dos variantes.
Dominan las especies de origen tropical que encuentran en esta Provincia fitogeográfica su límite autal de dispersión; en general, son perennifolias al mantener una estacionalidad hídrica menos marcada que en el Distrito anterior.
Es aquí donde la selva adquiere su mayor biodiversidad y desarrollo gracias a las máximas precipitaciones pluviales, las que superan los 3000 mm anuales, con un clima térmico cálido, con raras y suaves heladas debido al deslizamiento del aire frío ladera abajo, lo que produce que algunas quebradas enmarcadas por cordones montañosos en su sector septentrional gozen de mircroclimas tropicales, sin heladas.
Sus especies principales son: laureles, horco-molle (o palo barroso), arrayanes, cedros, nogal criollo, quina, cebil, pacará, el lapacho rosado (Handroanthus impetiginosus), el lapacho amarillo (Handroanthus ochraceus), el palo barroso (Blepharocalix salicifolius), los pocoy (Inga edulis, Inga saltensis, y Inga marginata), el ceibo de la selva (Erythrina falcata), etc.
Asimismo, y especialmente en su porción austral, se observa un subpiso inferior, más cálido, en donde dominan las lauráceas, y un subpiso superior, más frío, en donde dominan las Mirtáceas, el cual va disminuyendo en diversidad con la mayor altitud, hasta que la selva es reemplazada por bosques con sus especies propias.
Sus características difieren notablemente de la foresta inmediatamente inferior; con heladas invernales frecuentes, llegando incluso a presentarse copiosas nevadas.
Su vegetación muestra afinidades con los bosques Neárticos, y austro-gondwánicos, gracias a antiguas migraciones sobre los ambientes más frescos del cordón Andino.
acuminata), el nogal criollo (Juglans australis), el cedro (Cedrela lilloi), el sauco (Sambucus), las quéñoas (Polylepis), etc.
Aún más arriba, conforman comunidades herbáceas puras, las cuales se unen a los 3000 m s. n. m. con la provincia fitogeográfica puneña.