[2] Este proceso es conocido con diversos nombres como expulsión,[3] deportación,[4][5] depatriación,[6][7][8] o repatriación[9] dependiendo del contexto.
En el censo 1937-38, la población polaca en Ucrania había disminuido oficialmente en 120.000 personas.
La historia del asentamiento de polacos en lo que hoy es Ucrania se remonta a 1030-31.
Durante ese período, existían 1.300 escuelas polacas funcionado con 1.800 profesores y 84.000 estudiantes.
En Polonia, 8.625 colonos (la mayoría de etnia polaca) fueron reasentados por el gobierno en Kresy.
[15][16] Lo cual incrementó estas tensiones entra la minoría ucraniana en Polonia y el gobierno polaco.
De acuerdo con el protocolo adicional secreto del Pacto Ribbentrop-Mólotov, firmado en agosto de 1939 entre la Alemania nazi y la Unión Soviética, Alemania invadió Polonia Occidental.
El reasentamiento fue dividido en dos fases: primero, los ciudadanos objetivo fueron registrados como solicitantes del re-asentamiento; segundo, su petición fue revisada y aprobada por los correspondientes gobiernos.
Por otro lado, el gobierno soviético estaba tratando activamente eliminar estas organizaciones, e hicieron poco para apoyar a la minoría polaca y alentaron la deportación.
La prisa en que la repatriación se hizo fue tal que el líder polaco Bolesław Bierut se vio obligado a intervenir e interceder con Stalin para retardar esta repatriación, ya que el gobierno de la posguerra de Polonia se vio abrumado por la gran cantidad de refugiados.
[17] El gobierno polaco en el exilio en Londres envió sus directrices a sus organizaciones (ver Estado secreto polaco) en Leópolis y en otros grandes centros de población en Ucrania occidental para que no se trasladasen y se negasen a ser evacuados, prometiendo que en la conversaciones de paz mantendrían la región dentro de Polonia.
Jruschov como resultado de esta directiva cambió su enfoque para tratar la "cuestión polaca".
Estas acciones fueron introducidas específicamente para estimular la emigración polaca a Polonia.
Los arrestados fueron puestos en libertad después de haber firmado los papeles para emigrar a Polonia.
Los funcionarios soviéticos de Bielorrusia hicieron difícil para los activistas de Polonia el comunicarse con los tuteyshios (Tutejszy) - personas que estaban indecisos en cuanto a si se consideraban polacos o bielorrusos.
No era desconocido que para los más educados católicos bielorrusos que hablaban polaco era fácil identificarse como "polascos" a fin de ser deportados fuera del régimen de Stalin a Polonia, donde la libertad religiosa era un poco más abierta, las autoridades bielorrusas no quería un éxodo masivo de su población a Polonia.
En consecuencia, el catolicismo de rito latino mantiene una presencia significativa en Bielorrusia aún hoy, en torno al 10%.
[20] La ciudad de Vilna se consideraba a sí misma como la capital histórica de Lituania, aunque a principios del siglo XX, su población era en un 60% polaca, 30% judía y solo un 2-3% se autodenominaban lituanos.
La población rural polaca se vio sin embargo, muy importante para la economía, y un blanco fácil para las políticas de asimilación (lituanizacion).
[19][20] Contrariamente a un acuerdo con Polonia, muchas personas fueron amenazadas con el pago de deudas o con arrestos si decidían la repatriación.