Es el antecesor directo de la actual República Checa.
La capital de la República Socialista Checa era Praga.
Fue aprobado así mismo un complejo sistema electoral para su elección.
Así, en 1990, la República Socialista Checa se redenominó República Checa, aunque aún dentro de Checoslovaquia, y adoptó sus propios símbolos nacionales.
[2] En 1993, debido a la disolución de Checoslovaquia, la República Checa se convirtió en un Estado independiente.