El RS01 fue concebido junto con el esfuerzo de Renault por construir un coche con turbocompresor que ganara Le Mans.
Sin embargo, no pasaría mucho tiempo antes de que las bromas y las risas en la parrilla se convirtieran en pánico.
Aunque los problemas de fiabilidad seguían acosando al nuevo biturbo, su ritmo hizo que el paddock finalmente se diera cuenta.
Jabouille, en particular, vio su duro trabajo apenas recompensado gracias a la nueva tecnología del motor.
Sin embargo, su victoria en Dijon, delante de los aficionados locales con un coche, un motor, unos neumáticos e incluso combustible francés (Elf), fue su premio a tres duros años sin resultados.