[1] En 1821, se constituyó en Roma José Ignacio Cienfuegos, como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario del gobierno de Bernardo O’Higgins, pero su misión no obtuvo resultados.
La situación se mantuvo en un statu quo durante la Guerra del Pacífico, reactivándose en septiembre de 1881, una vez asumida la presidencia por el liberal Domingo Santa María.
[2] Finalmente, en 1886 el presidente José Manuel Balmaceda propuso como arzobispo de Santiago a quien había sido su profesor, monseñor Mariano Casanova, nombre que fue aprobado por el papa León XIII, quien lo designó como tal en 1887, dándose por superada la controversia.
Tras el affaire por la sucesión arzobispal, las relaciones diplomáticas mejoraron paulatinamente, al punto que, en 1907, Chile estableció su primera misión residente en la Santa Sede.
[3] En octubre de 2005, el presidente chileno, Ricardo Lagos y una importante comitiva oficial asistieron al Vaticano a la canonización del padre Alberto Hurtado.
[3] Cuatro años después, una comitiva encabezada por el presidente Sebastián Piñera realizó una visita de Estado al Vaticano, reuniéndose con Benedicto XVI.