Con 14 años, Steen llegó a ser dirigente de la sede regional del Partido Laborista.
Tuvo un ascenso meteórico en los cargos del partido, presidiendo la Liga Juvenil Obrera entre 1961 y 1964.
Mantuvo un gran interés hacia América Latina, fue nombrado embajador de su país en Chile en 1992, cargo que duró hasta 1996.
[3] Escribió columnas para los principales periódicos del país sobre asuntos tanto nacionales como internacionales.
En sus últimos años de vida, sus memorias y recuerdos personales, narraron puntos en los que detallaba sus propios problemas psiquiátricos y sus dificultades dentro del Partido Laborista.