Reino de Odoacro

[1]​ En teoría, Odoacro estaba subordinado a Julio Nepote, aunque este último no pudo ejercer su autoridad sobre Italia y tampoco recibió apoyo de su colega oriental.

Los ostrogodos penetraron fácilmente las defensas de Odoacro y llegaron a Rávena en el 490.

En cuanto a la administración interna fue probablemente, en general, moderada, aunque hay algunos textos que mencionan un aumento de las cargas fiscales.

Feleteo, rey de los rugios lo enfrentó, pero fue derrotado y llevado prisionero a Ravena junto con su esposa Gisa.

Su creciente poder lo hizo demasiado formidable para la corte de Constantinopla, con quien sus relaciones se habían vuelto menos amistosas.

Al mismo tiempo, Zenón estaba preocupado por la presencia de Teodorico y sus guerreros ostrogodos en los territorios del Imperio, los cuales eran tan peligrosos como enemigos o como aliados.

En cuanto a la consecuencia, si el territorio de Italia quedaría en poder de los ostrogodos con plena soberanía, aunque respetando la supremacía imperial, o si Teodorico actuaría como mero administrador del emperador, es un punto sobre el cual las fuentes se muestran ambiguas, vaguedad que algunos autores consideran intencional.

Juan, arzobispo de Ravena, actuó como mediador; se estipuló que se debía entregar la ciudad, sede del poder, perdonar la vida de Odoacro, y que él y Teodorico serían reconocidos como gobernantes conjuntos del exarcado.

Evidentemente, el arreglo era precario y pronto terminó por la traición de Teodorico, que invitó a su rival a un banquete el 15 de marzo, y allí lo mató con su propia mano.