Red Bull RB7

Fue pilotado por Sebastian Vettel y Mark Webber en la temporada 2011 de Fórmula 1.

El equipo le regaló el RB7 a Sebastian Vettel por ganar el mundial de pilotos.

La presentación consistió en un acto ante la prensa donde destaparon el monoplaza e hicieron una sesión de fotos.

Fue puesto en pista por primera vez ese mismo día por el vigente campeón Sebastian Vettel, terminando 1º en la primera sesión de pruebas.

[1]​ El Red Bull RB7 causó mucha polémica entre los equipos al descubrir que gran parte de su extraordinario rendimiento provenía del uso de un difusor soplado, sistema consistente en mantener un flujo constante de aire de los escapes hacia los difusores en frenada, lo cual generaría una gran fuerza descendiente, que aumentaba su estabilidad en curva.